viernes, 31 de julio de 2015

UNA VEZ EN EUROPA. JOHN BERGER

Editorial Alfaguara. Págs. 237. 2015


Jorge Riet

Los más afortunados que penetran en el universo Berger quedan atrapados para siempre como sus prisioneros. Rehenes de su mundo de confidencias levantado sobre los cimientos de párrafos escritos sólo para los ojos de cada lector. Presos de sus medidos textos, de sus impresionantes imágenes, de sus contundentes ideas que siempre nos pillan desprevenidos, con una guardia baja predispuesta para el reto que nos ofrece en cada línea, en cada historia, en cada crónica. Berger es un escritor respetuoso porque ofrece pistas, emite señales, para que cada uno orbite a su antojo con la incomodidad de quien lee en cada palabra que sale de su pluma una provocación sobre nuestro tiempo, nuestra vida, nuestra mirada sobre hechos cotidianos que alcanzan con Berger el rango de categoría. “A veces, a fin de rebatir una sola frase es necesario contar toda una vida”. Un escritor que nos escupe a nuestra conciencia el olvido de aquellos hechos esenciales de lo mejor de nuestro pasado, e incluso de nuestro presente, en beneficio de ideas y sentimientos que por su aparente novedad no son más que chapuzas de terribles consecuencias. Que suerte cuando él mismo nos advierte que “si se pudiera dar un nombre a todo lo que sucede, sobrarían las historias”.

Berger tiene una calidad literaria extraordinaria, y en este libro alcanza la cima de una de las mejores prosas contemporáneas europeas. Una vez en Europa es un gran libro. Una obra para invitados inquietos, dispuestos a incomodarse a la hora de combinar la tristeza gris de sus historias terriblemente humanas con su extraordinaria calidad literaria. “Su experiencia le había llevado a creer que todo lo que caminaba sobre dos piernas pertenecía a una especie denominada Malententendido”.

Historias de europeos, como todos, sometidos hoy a la crisis cultural y de identidad más profunda de sus últimas décadas. Habitantes de un mismo continente que, como Berger describe magistralmente, están unidos por los mismos lazos, esos mismos que son negados o evitados por las instituciones con sus oscuras decisiones. Esa fatigada Europa, “nunca había habido paz en ese edificio. Demasiado poder y pocas raíces”. Un gran retrato de un puñado de personas humildes, que son como esa gran mayoría que asiste estupefacta y resignada a los mismos retos de la vida. Europeos tan anónimos como próximos, “lo desconocido los unía; tácitamente acordaron no avanzar más. Se protegieron los ojos con las manos. Los fuegos y las grandes cataratas tienen algo en común. Está el agua en forma de lluvia que el viento separa de la cascada, y están las llamaradas; está la pared de roca, chorreando y erosionándose a ojos vistas; y está la desintegración de lo que se quema; está el estrépito del agua, y está el terrible crepitar del fuego. Y, sin embargo, en el centro de los dos, del fuego y de la catarata, hay una calma persistente. Y es esta calma la que es catastrófica”.


Un libro muy recomendable

LEONORA. ELENA PONIATOWSKA

Editorial Seix Barral. Primera edición  2011. Págs. 909 


Miguel Carini


“Una araña en la recámara”
Tenía razón Borges. Hay que re-leer, permanentemente. Este libro magnífico lo leí la primera vez en agosto de 2013 y ahora otra vez.
Deberíamos leer los primeros 100 años de vida y re-leer los 100 segundos. Vivimos demasiado poco para lo que hay que leer. Muchas veces pienso en que es una gloria cuando llega a nuestras manos un libro como “Leonora”, pero … cuántos serán los libros a los que no llegamos.
Octavio Paz dijo de esta maravilla,”Ella misma se ha convertido en un personaje literario … Logra esa especie de musicalidad que lleva, esa cosa alada, cierta, como poética que observamos en su lenguaje.”

La misma autora aclara en las páginas finales que inició una historia alusiva sobre Leonora, para continuar el homenaje a Lourdes de Andrade.

-Suben a un cuarto de trebejos del tamaño de un palomar.
Hasta ahora los artistas que James frecuenta pintan en un taller digno de su obra y de lo que cobran.
-¡Es este tu sancta santorum?- pregunta James, asombrado- No lo puedo creer. ¿De aquí sale la pintura que me seduce? ¿De este agujero? ¿Es este tu atelier?-pregunta de nuevo incrédulo.

Descrito con esta intensidad, con esta llamativa manera de entender que a los artistas inmensos no les importa dónde y cómo pintan, la escritora mexicana desgaja una vida que comienza en Inglaterra y realiza un periplo infinito que acaba en México, sorteando todos los presagios y obstáculos que se  le presentan, por su condición de mujer, de rica, de alcurnia y de apellido.

Pero Leonora quiere pintar, y este volcán no haya mejor lugar que en la tierra de los volcanes reciba todos los homenajes posibles por construir un lenguaje personal y una pintura monumental. Esa araña que la visita mientras pinta, cambia  pañales, prepara biberones, mide el agua del baño para sus niños con el codo, fuma y lee con pasión. Pinta, pinta y pinta.

Nadie salvo Leonora lo llamaría estudio. En la mesa están los tubos de pintura al lado de su paleta. El cenicero está a tope. Una arana teje su tela y Leonora como esa araña, teje su vida  a partir de la nostalgia. México es el territorio adecuado para profundizar en esa nostalgia.
La araña teje su tela, mientras Leonora en su urdimbre existencial pinta su universo donde nada la contamina, no imita a Ernst, su mundo interior es solo de ella y es eso lo que desarrolla.

Necesitó aprender las técnicas, no lo qué decir. Eso ya estaba habitado, estaba decidido.
Su protector dice que su pintura es instantánea e inconsciente. No son pinturas literarias, aunque a veces el disparador poético sean las lecturas que ama. Le afirma que fueron destiladas en la cava de su libido.

La relación con Maurie, su madre, la que tiene con sus hermanos.
Este libro es una maravilla de iluminación. No solamente porque ingresa al mundo de la pintora describiendo su vida y sus entornos con lo que ocurre en cada momento, sino en la manera de meterse en la piel de la artista. Es como si la misma Leonora nos dijera qué le interesa, le duele, le preocupa, le hace feliz, la vuelve plena. La relación tormentosa con su padre. Su maternidad.

Si alguien me pregunta en estos días que le puedo sugerir para leer, no tengo dudas.

martes, 21 de julio de 2015

SOY PILGRIM. TERRY HAYES

Editorial Salamandra. Págs. 862. 2015


S.G.López


Sin duda, las recomendaciones que aparecen en la contraportada de este libro hacen justicia a su contenido. Este apasionante thriller entierra definitivamente los viejos relatos de la Guerra Fría, con una visión demoledora del mundo contemporáneo. Desde las amenazas terroristas de carácter fundamentalista, pasando por la guerra biológica, por el Despacho Oval, por lobos solitarios que consiguen diseñar sus sofisticadas y nuevas armas gracias a la información de acceso público en internet, la extraordinaria movilidad de los enemigos globales y sus sofisticados arsenales a través de las fronteras, conseguidos como gangas en el mercado electrónico global, por la inquietante vulnerabilidad de los datos personales en cualquier rincón del planeta, los crímenes por dinero, el atentado del 11-s, o los extraños maridajes entre regímenes políticos, grupos terroristas, señores de la guerra, traficantes de armas y de drogas, pueblan una obra que hipnotiza desde la primera página hasta la última, en un ritmo que deja sin aliento al lector por su excelente tensión narrativa en cada párrafo.

“Los vertiginosos avances de la industria biotecnológica hacían que el mercado estuviera inundado de equipos como aquéllos, más lentos y de peor calidad, pero a muy buen precio”. “En las páginas digitales de la revista Anales de Virología figuraba un artículo sobre un experimento llevado a cabo en un laboratorio del norte del estado de Nueva York. Por primera vez en la historia se había diseñado una forma de vida partiendo sólo de sustancias químicas que pueden comprarse en cualquier sitio, y todas ellas por unos pocos cientos de dólares”. “Actualmente hay tanta gente en este puto planeta que no somos más que eso: frases de código en un disco duro. Si se eliminan esas frases ya no existimos, y si se ponen somos alguien. ¿Qué quiere un cargo de profesor? No tiene más que decirme de qué universidad. ¿Qué necesita cien millones de pavos? Espere que manipule un pequeño código binario. A propósito, puede llamarme Dios si quiere”.

Un libro magnífico para disfrutar de un thriller de calidad y de paso entender mejor el mundo en el que vivimos. Este planeta poblado de millones de smartphones cuyos propietarios autorizan pasivamente, y seguro que ignorantes, el acceso a su cámara o micrófono, sus contactos, sus correos electrónicos, sus visitas a google, de compañías desconocidas que hacen negocio con sus datos e imágenes. Este mismo mundo que obliga a redes sociales como Telegram, con más de 65 millones de usuarios, a trasladarse cada año a un país diferente para dificultar su vulnerabilidad. Un mundo mucho más complejo que aquel separado por el viejo muro berlinés.

Nunca he entendido eso de las lecturas de verano, pero si quieren un plato fuerte de emociones para estos días de calor y asueto, agarren este libro y devoren sus páginas.

Un libro muy recomendable

jueves, 16 de julio de 2015

VOCES VASCAS. DICCIONARIO DE USO. MANUEL MONTERO

Editorial Tecnos. Págs. 347. 2015


Jorge Riet

El profesor Manuel Montero ha escrito uno de los mejores libros que se han publicado sobre la complejidad política, social y cultural del País Vasco de las últimas décadas. Para aquellos no iniciados en los laberintos de su debate interior, este peculiar diccionario reúne la fina disección del uso de las palabras en las generaciones que han sido allí relevantes desde la Transición, para describir un lenguaje histórico y político cargado de ideas, prejuicios, manipulaciones, dobles lenguajes, elipsis, eufemismos y tabúes. Algunas impresionan, otras llegan a poner los pelos de punta en cualquier lector dotado de un poquito de imaginación política por lo que suponen de miedo, represión, huida o soledad. Es cierto que en este libro se refleja la hegemonía política del nacionalismo, pero va más allá porque usa su escalpelo intelectual para regalarnos una imagen perfecta de las verdades, medias verdades, vanidades, prejuicios, supersticiones, confusiones interesadas, manipulaciones y mentiras, que a menudo conviven en el circo de la política, si acaso acentuado en alguno de los pasajes más oscuros de la reciente historia vasca.

Momento histórico: (…) todo son coyunturas históricas, encrucijadas históricas, hitos históricos, el vasco no vive una vida sino una historia”. “Modelo de País: (…) las distintas doctrinas tienen sus propios modelos de este futuro, que se procura sean perfectamente incompatibles y que se presenten como modélicos. Lo chocante es que a las afirmaciones rotundas de modelos de País propios acompañan vaguedades o lugares comunes, lo que no debe llamara engaño, pues nos conocemos todos y, si alguien dice que tiene un modelo, no hace falta que lo explique, pues los demás lo imaginan”. “Algo habrá hecho: (…) la expresión sacraliza al terrorista como héroe y estigmatiza a la víctima, que en este esquema tiene la culpa de que la hayan ajusticiado. Es el responsable de su asesinato, pues lo es de sus actos, que son desconocidos pero le hacen culpable”.
El profesor Montero es, además de un excepcional columnista de opinión en periódicos, un historiador que se ”moja” con sus libros, haciendo imposible ser indiferentes a sus singulares y brillantes miradas sobre la realidad de un pasado que se asoma al presente de forma insistente, que se desliza subrepticio por esas informaciones y debates actuales sobre el rescoldo de viejas ideas y prejuicios. Ya nos gustaría que este diccionario, que es más una radiografía política y cultural implacable de toda una época que alcanza el presente, se extendiera a otros espacios políticos en estos tiempos tan cargados de “para-lenguajes”, con gruesas palabras como mordaza, casta, élites extractivas, telecracia, “régimen” institucional, precariado, rescate de país, unidad popular, saneamiento, imputación, democracia participativa, gente normal, juego de tronos, imperativo legal, nación de naciones, asimetría, identidad, y ese largo etcétera que la realidad nos arroja cada día en los medios de comunicación o en el debate político.

No obstante creo que el autor falla cuando subtitula su obra como un “diccionario al uso”, porque se acerca más al concepto clásico de enciclopedia, al de un compendio de conocimiento propio de un hombre ilustrado como es Manuel Montero, que escribe tan lejos de las creencias y supersticiones habituales, como próximo al universo de las ideas de las personas libres.


Un libro muy recomendable


martes, 14 de julio de 2015

EL AROMA DEL TIEMPO. UN ENSAYO FILOSOFICO SOBRE EL ARTE DE DEMORARSE. BYUNG-CHUL HAN

Editorial HERDER. Págs. 163. 2015

Colección Pensamiento Herder



Jorge Riet

Tras leer sus páginas se aprende mejor porqué vivimos dominados por el sentimiento de que la vida se acelera, de que el tiempo pasa más rápido que antes, cuando en realidad esta sensación es consecuencia de que el tiempo da tumbos sin sentido. En este libro se describe cómo vivimos en una “atomización” del tiempo, sometidos a una secuencia atropellada de acontecimientos, fugaces, efímeros, en un endiablado ritmo cinematográfico, sin una guía cuya ausencia nos convierte en meros pasajeros. “Cuando ya no es posible determinar qué tiene importancia, todo pierde importancia”.

Según este pensador, vivimos en un tiempo histórico con un pasado y futuro descompensados, con un presente sin sustancia en una permanente transición, un “nada es, todo será”. En una “historia que deja lugar a las informaciones”, una concentración de acontecimientos, informaciones e imágenes, que “no tienen aroma” que hace imposible la demora. Ante un veloz encadenamiento de fragmentos que pasan fugaces por la retina sin lograr una atención duradera, padeciendo un envejecimiento acelerado, convirtiéndose en pasado al instante en un presente que se reduce a picos de actualidad, a un simple fenómeno temporal. Cuando pensamos que el tiempo pasa muy rápido, según este autor, no es más que inquietud, confusión y desorientación. La gente se apresura sin rumbo “de un presente a otro”. Como nos propone este pensador, la vida plena no puede ser sólo una enumeración de acontecimientos, la consecuencia de un “zapping” entre opciones vitales dominadas por un enorme nerviosismo.   

Hay capítulos de este libro realmente bellos. El autor recurre a Proust y a su obra sobre el tiempo perdido, para describirnos cómo este supo ver que “la narración da aroma al tiempo”. La estrategia de Proust frente a una época de prisas es ayudar a que el tiempo recupere la duración, el aroma. Él sabía que la aceleración y la desaceleración van contra el progreso narrativo, porque cuando el autor se pierde en detalles o descripciones irrelevantes es porque no sabe distinguir lo importante de lo irrelevante. Una narración que pierde el ritmo provoca desorientación, una crisis temporal que en realidad es una crisis de identidad. “Proust habla de un cristal aromático, un cristal de las “horas silenciosas, sonoras, fragantes y limpias”. Lo que invita a Byung-Chul Han a escribir que “lo bello no es el resplandor o la atracción fugaz, sino una persistencia, una fosforescencia de las cosas”. “La época de las prisas, su sucesión cinematográfica de presentes puntuales, no tiene ningún acceso a lo bello o lo verdadero”.
Este filósofo de origen coreano, profesor de filosofía en la Universidad de las Artes de Berlín, replica a Zygmunt Bauman cuando sostiene que el hombre moderno no es un “peregrino” porque no avanza hacia lugar alguno, sino hacia un aquí mejor o distinto, en un camino cargado de incertidumbre e inseguridad, aunque preparado para ser libre en una época histórica de progreso y evolución si se empeña en “una salvación futura dirigida al mundo interior”. Porque “quien intenta vivir más rápido también acaba muriendo más rápido”, dado que “la experiencia de la duración y no el número de vivencias hace que una vida sea plena”. Sin desvelar la propuesta final de Byung-Chul Han, propongo quedarnos como invitación a su lectura con una de sus frases, “la vita contemplativa sin acción está ciega. La vita activa sin contemplación está vacía.”

La editorial Herder nos ofrece una de las joyas de este autor, de la serie de sus obras que viene publicando, para fortuna y goce intelectual de los lectores en castellano.


Un libro muy recomendable para lectores interesados en el tiempo que les ha tocado vivir.