Editorial
Tecnos. Págs. 347. 2015
Jorge
Riet
El
profesor Manuel Montero ha escrito uno de los mejores libros que se han
publicado sobre la complejidad política, social y cultural del País Vasco de
las últimas décadas. Para aquellos no iniciados en los laberintos de su debate
interior, este peculiar diccionario reúne la fina disección del uso de las
palabras en las generaciones que han sido allí relevantes desde la Transición,
para describir un lenguaje histórico y político cargado de ideas, prejuicios,
manipulaciones, dobles lenguajes, elipsis, eufemismos y tabúes. Algunas
impresionan, otras llegan a poner los pelos de punta en cualquier lector dotado
de un poquito de imaginación política por lo que suponen de miedo, represión,
huida o soledad. Es cierto que en este libro se refleja la hegemonía política
del nacionalismo, pero va más allá porque usa su escalpelo intelectual para regalarnos
una imagen perfecta de las verdades, medias verdades, vanidades, prejuicios,
supersticiones, confusiones interesadas, manipulaciones y mentiras, que a
menudo conviven en el circo de la política, si acaso acentuado en alguno de los
pasajes más oscuros de la reciente historia vasca.
“Momento histórico: (…) todo son coyunturas históricas, encrucijadas
históricas, hitos históricos, el vasco no vive una vida sino una historia”. “Modelo de País: (…) las distintas
doctrinas tienen sus propios modelos de este futuro, que se procura sean
perfectamente incompatibles y que se presenten como modélicos. Lo chocante es
que a las afirmaciones rotundas de modelos de País propios acompañan vaguedades
o lugares comunes, lo que no debe llamara engaño, pues nos conocemos todos y,
si alguien dice que tiene un modelo, no hace falta que lo explique, pues los
demás lo imaginan”. “Algo habrá hecho:
(…) la expresión sacraliza al terrorista como héroe y estigmatiza a la víctima,
que en este esquema tiene la culpa de que la hayan ajusticiado. Es el
responsable de su asesinato, pues lo es de sus actos, que son desconocidos pero
le hacen culpable”.
El
profesor Montero es, además de un excepcional columnista de opinión en periódicos,
un historiador que se ”moja” con sus libros, haciendo imposible ser
indiferentes a sus singulares y brillantes miradas sobre la realidad de un
pasado que se asoma al presente de forma insistente, que se desliza subrepticio
por esas informaciones y debates actuales sobre el rescoldo de viejas ideas y
prejuicios. Ya nos gustaría que este diccionario, que es más una radiografía
política y cultural implacable de toda una época que alcanza el presente, se
extendiera a otros espacios políticos en estos tiempos tan cargados de
“para-lenguajes”, con gruesas palabras como mordaza, casta, élites extractivas,
telecracia, “régimen” institucional, precariado, rescate de país, unidad
popular, saneamiento, imputación, democracia participativa, gente normal, juego
de tronos, imperativo legal, nación de naciones, asimetría, identidad, y ese
largo etcétera que la realidad nos arroja cada día en los medios de
comunicación o en el debate político.
No
obstante creo que el autor falla cuando subtitula su obra como un “diccionario
al uso”, porque se acerca más al concepto clásico de enciclopedia, al de un
compendio de conocimiento propio de un hombre ilustrado como es Manuel Montero,
que escribe tan lejos de las creencias y supersticiones habituales, como
próximo al universo de las ideas de las personas libres.
Un
libro muy recomendable
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