lunes, 29 de junio de 2015

NAVEGACIÓN DE CABOTAJE. Jorge Amado

Editorial Losada/Alianza


-Cuando Buenos Aires es una montaña de libros-

Miguel Carini

La cara de un enamorado de los libros y de leer apasionada, febril y locamente se transforma en sorpresa-alegría-locura, cuando alguien así entra a cualquier hora, domingo a las 9 de la mañana, día de semana a las 12 de la noche, en una de las librerías de la Calle Corrientes, en Buenos Aires.
Tal era la cara de  Jorge Riet en aquella mañana inolvidable de agosto, mirando, leyendo las contratapas de los libros, preguntando, comprando. No le alcanzaban las manos para llevarse los títulos que devoraría en su Andalucía.

Yo revolviendo en las mesas donde los títulos se apilan, encontré estos “Apuntes para un libro de memorias que jamás escribiré-, tal como lo profetizara el gran bahiano en la página del título. Editorial Losada-Buenos Aires, Alianza Editorial-Madrid, publican esta maravilla, con la traducción excelente de Basilio Losada. Es esta una selección de los “fragmentos” del libro original que sobrepasa las 600 páginas, Estos fragmentos son referencias a la vida del escritor, realizados desde la humanidad que caracteriza su obra novelística, teñidos de humor, nostalgia, valentía y picardía.

Al escribir esto me doy cuenta que cada vez que voy a Buenos Aires, compro algún libro de Jorge Amado, que luego nutre mi alma. Es imperdible, lo abro en cualquier página, 29, y aparece, (Pekín-1987-singularidad) donde le entregan Doña Flor y sus dos maridos en chino. Hojea el volumen, recuerda las escenas de amor, el té rosa y la pimienta malagueta. Amado pregunta

-¿Y cómo has traducido las granujadas de Vadinho?
-Al pie de la letra, responde el traductor. 

En este fragmento, en un bucle narrativo aparecen Ho-Ping y Emi Siao, éste uno de los poetas chinos, amigo íntimo de Maiakoski. Con la espiralada manera de contar, en el mismo texto, Ting-li lee Doña Flor en el jardín de la casa de los Amado. Ante la pregunta de qué le parece las traducciones, lo piensa y dice:

-Las dos son buenas. Me han gustado las dos

En inglés la historia es más picante, en chino es más romántica. Para que te hagas una idea de la singularidad de cada una, en chino, doña Flor atrae a Vadinho con el corazón, en inglés lo hace con lo que oculta bajo las bragas. Noticias sobre sus hijos, discursos en Brasilia, en el Palacio Planalto, en el Palacio del Consejo de Estado, Sofía, en Bulgaria, encuentro con  Picasso en París, con Jean-Paul Sastre, la solidaridad con Neruda. Sus escritos como funcionario público, su viaje de bodas, su amor por Zélia, Montevideo, Buenos Aires, Río, árboles de toronjas, de limas, guayabos, mangos, la desbordante flora-fauna y gastronomía bahiana sus libros, su pensamiento. Cortázar, el Pelourinho, los mulatos, Carybé, la foto de Korda, Miterrand, las páginas que ha creado y el soplo de la vida del pueblo brasileño. Su orgullo.

Milán y el Conde Valentino Bompiani, el Niño Jesús de Praga, los restaurantes de París, el fado de Amália, el de Carlos do Carmo, la voz de GilbertoGil, Teresa Batista, el sertáo, el Mar Negro, el futbol, Tropicalia, Harry Belafonte y la sorpresa ante lo que vio y aprendió en Brasil la bailarina Catherine Dunhan. El Congreso de Intelectuales por la Paz que se celebrará en Wroclaw, Polonia, la decisión de Picasso por concurrir y hablar allí. La ceremonia de inauguración del monumento a Lorca en Sao Paulo, Aimé Césaire, la negritud, Ruanda, Roma, Moravia, los escritores florentinos.

Tengo este libro subrayado, con citas, círculos que envuelven escenas que me han conmovido, usé lápices de todos colores, porque anotaba con  los que tenía a mano. Leo la segunda mitad del siglo XX, desde la mirada, el recuerdo de un escritor mágico, que nos entrega lo que hay detrás de cada suceso. No sé todas las veces que los leí, porque vuelvo a él inconstantemente.

Jorge Riet se sonreía en su búsqueda insaciable de autores y títulos. Desde aquellas fotos que están en la pared superior de la librería, nos sonríen Amorim, Alberti, Saramago.
Es domingo por la mañana en Buenos Aires. La ciudad se despereza.
Me voy con mi amigo a desayunar. Café con leche y medialunas. A él le hago probar el fresco y batata.

Le gustó, creo …

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